En este mundo ajetreado, lleno de conflictos en el ámbito internacional:
guerras fratricidas como ejemplos tenemos la situación del medio oriente,
Palestina –Israel, Siria, ahora de nuevo Irak, Afganistán y Pakistán, El Congo
en África, Ucrania. Lugares donde se juegan intereses geopolíticos y se
destruyen pueblos y pérdidas de muchas vidas inocentes. Es lo cotidiano en la
cobertura de las grandes cadenas de noticias que nos hacen sentir vivir como lo
normal que pasa en el mundo mientras no estemos envueltos en ellos.
En nuestra región, es escandaloso ver la realidad de los
migrantes, especialmente niños y adolescentes que están arriesgando su vida,
cruzando México con rumbo a Estados Unidos. Una situación de humanidad que se
convierte en situación política de acuerdo a los intereses de los países. En lo
que concierne a Guatemala, nuestros dirigentes, bien gracias, nunca han sabido
afrontar esta realidad fuera de sentir el beneficio de las remesas de la gente
que con penas ha buscado caminos mejores y que hacen posible levantar la economía
de nuestro país. Los políticos, especialmente los gobernantes actuales se han
caracterizado por una gestión nula en torno al tema. Se han centrado a endeudar
al país y no se ven frutos de inversión solo han acrecentado sus riquezas a través de la corrupción
generalizada y preocupados en su reelección para seguir disfrutando las mieles
del poder, de igual modo los partidos electoreros que compiten. Si no veamos
las carreteras, con piedras, arboles pintados con los diferentes signos políticos
como una total burla a la ley electoral, con toda una campaña anticipada.
En los términos sociales y económicos actuales en nuestro país,
no digamos, hay tantas cuestiones que nos llenan de impotencia y desesperanza.
Mientras tanto, sigamos embobados con el Mundial de Futbol,
es un distractor y nos hace olvidar la realidad a la que irremediablemente
volveremos a afrontar pasando esta temporada.
Sera hora de la desesperanza? Creo que no. Y una manera que a
mi juicio me hace sentir optimista, es que para tener una visión mejor de los
acontecimientos es necesario entrar dentro de nosotros mismos. Trabajarnos y
ver que desde nuestra individualidad, somos personas con dones que podemos
aportar desde lo que Somos. No necesitamos riquezas ni poder para poder aportar
en nuestro entorno. Solo es cuestión de ser consecuentes con nuestros valores y
nuestra experiencia cotidiana de vivir con sentido de la vida, en un contexto
de armonía en torno a la naturaleza. Tener la capacidad de contemplar, ver lo
hermoso de nuestro universo, de nuestro mundo. Contemplar lo bello de las
personas que nos rodean y abrirnos al amor, a la solidaridad, la amistad. Hay
pequeños detalles que nos hacen valorar la vida. El encuentro con el otro como
hermano nos hace aportar al mundo lo
humano. Porque de eso se trata, descubrir que somos seres en relación que nos
hacen encontrarnos compartiendo nuestros dones, nuestros valores.
Quizá suene ingenuo mi pensamiento, pero es necesario partir
de nuestros valores, desde dentro de nosotros. No podemos pedir cambios, si
nosotros no cambiamos, y por algo hay que empezar. Los anti valores, los odios,
divisiones, la corrupción, la violencia vienen de dentro de de las personas. Solo
es cuestión que nos amemos para saber amar, será la dinámica para poder cambiar
y ver con otros ojos la vida y la
realidad. Podremos cambiar si cambiamos. Intentemos…
Escrito por David López
21 de junio del 2,014.