Entonces se levantó de la mesa, se quito el manto y se ató
una toalla a la cintura. Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies
de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado.
(Jn13, 4-5)
La Semana Santa en Guatemala se llena de colores, de
expresiones de religiosidad popular, costumbres y tradiciones hermosas que da
muestra de fe y espíritu comunitario. Así hoy jueves Santo las amas de casa se
ufanan en hacer el pan, la miel y conserva de chilacayote, dulces especiales de
la época y sobresale el compartir con la familia y los vecinos. Una tradición que ojalá no se deje aunque se vaya cambiando de valores religiosos.
En la liturgia de hoy en el texto del evangelio sobresalen
valores que quizás encierre la profundidad de este día. La escenificación del
que se vale Jesús para dar un mensaje profundo, buen pedagogo y didacta y el
que no quiere entender pues que no lo haga. El texto bíblico con el que inicio
la reflexión lo explica perfectamente, se quita el manto, se ata una toalla y
lava los pies de los discípulos. Esta actividad estaba reservada a los esclavos
y sirvientes de su época. Jesús el Maestro y Señor lava los pies de sus discípulos
y luego les invita a hacer lo mis hacia los demás.
El valor del Servicio al Otro en un contexto de amor y
humildad es algo tan actual y nos invita a revisar nuestras acciones
personales, familiares, comunitarias. De igual manera en el ámbito de nuestra función
en la sociedad. Me cuestiona mi trabajo
como un servicio y no solo como remuneración, enamorarme de lo que hago en función
de los demás. De igual modo en el ámbito de la política, un tema que se hará
fuerte cada día que pasa debido a que estamos en un contexto de elecciones de
autoridades en nuestro país.
Tomar en serio este valor desde la perspectiva de Jesús de Nazaret
cambiaria la realidad actual y superaríamos el ver un cargo de elección popular
como un botín. Estamos decepcionados de la política por los grandes escándalos de
nuestros políticos quienes vienen cada cuatro años a ofrecernos cielo y tierra
y al lograr su objetivo se convierten en viles ladrones de cuello blanco,
corruptos. Accezar a una candidatura tiene precio, tiene un costo, se espera recuperar
la inversión con corrupción y robo de los recursos de la nación. Nos hemos
desalentado al ver como nuestros funcionarios olvidan que están para servir y
no para servirse del poder. Vemos escandalizados los medios de prensa que denuncian
con fotografías las grandes mansiones que adquieren de la noche a la mañana y
nuestro pueblo sumido en la pobreza.
La política es el arte de gobernar y servir sin embargo se ha
perdido su sentido. Estamos sumidos en manos de poderes oscuros, las fuentes
millonarias de financiamiento de campañas no son claras y las instituciones
débiles.
Las palabras de Jesús siguen resonando, la invitación es
actual. Necesitamos retomar nuestras acciones con los valores, sobre todo EL
SERVICIO y la HUMILDAD que nos muestra el SEÑOR. El tiempo y las circunstancias
lo apremian.
Escrito por: David López
Jueves Santo, 2 de abril del 2,015.