sábado, 21 de mayo de 2016

LUCHAR CONTRA LA MADRE NATURALEZA ES CUESTION DE VOLVER A EMPEZAR




En el afán de emprender, animado por el consejo de un amigo agrónomo, decidí trabajar un proyecto de siembra de tomate en invernadero. Ha sido un proceso de aprendizaje, inversión, lucha y perseverancia. El proyecto lo iniciamos con el apoyo de un amigo agricultor de la zona y por supuesto la entrega generosa de otros colaboradores.
Iniciamos el trabajo con entusiasmo, y poco a poco hemos ido viendo los avances, desde la preparación de la tierra, construcción de la infraestructura y siembra. Todo generando esperanza y entusiasmo.
En todo trabajo hay riesgos, posibles obstáculos. En este caso, con el inicio de las lluvias hemos tenido dos tornados, vientos fuertes que en un breve instante nos destruyó la obra. La segunda vez acompañada de lluvia y viento perdimos lo que con tanto entusiasmo iniciamos.
No tuvimos más que iniciar de nuevo la reconstrucción, en espera que todo pueda caminar y que la naturaleza no vuelva a ensañarse con nosotros. Seguiremos luchando y trabajando y aprendiendo.
En un primer momento me inundo la impotencia, la sensación de fracaso y el desánimo, pero al ver la perseverancia de mis compañeros, pensé: que arreglo con sentarme a lamentar, que arreglo con enojarme y llenar mi alma de sentimientos negativos. Ciertamente están las pérdidas, pero: ¿Cómo actuar? Buena disyuntiva, no queda más que seguir…
Esta experiencia práctica, me hizo pensar en los grandes problemas que se ocasionan con la madre naturaleza: tornados, terremotos, inundaciones y un sinfín de acontecimientos. La naturaleza  tiene su poder, tiene su energía. No podemos luchar, sino más bien identificarnos con ella, porque somos parte de ella y asumir, seguir viviendo en esta gran fuente de energía donde estamos inmersos.
Esta experiencia es muy diferente a los acontecimientos que ocasionamos con nuestra energía negativa, nuestros odios, resentimientos, donde potencializamos el mal y lo transmitimos a los demás en todos los campos de la vida, eso sí nos hace miserables, porque arrasamos sobre las vidas de los demás. Ejemplo de ese caos, lo tenemos en la violencia, guerras, terrorismo, luchas políticas fratricidas y mezquinas, corrupción, etcétera.
Contra la madre naturaleza no podemos oponernos, solo seguir viviendo y poniendo nuestro grano de arena para que podamos seguir  en un ambiente de paz y armonía no importando las vicisitudes. Aprendí que emprender es saber correr riesgos, superar los obstáculos y seguir trabajando. Es una buena escuela.
Escrito por David López
21 de mayo del 2,016.


lunes, 2 de mayo de 2016

UNA VISITA A SAN MIGUEL ACATAN



Por invitación de mis amigos y compañeros de AA tuve la dicha de visitar San Miguel Acatan y fue una ocasión para volver atrás y traer a mi memoria tantos recuerdos vividos en el pasado en esas hermosas tierras de los Cuchumatanes y con su bella gente.
San Miguel se encuentra enclavado en el corazón de los Cuchumatanes, es un pequeño pueblo, ahora cambiado, con sus calles pavimentadas y construcciones modernas todo debido al aporte de las remesas que provienen de hermanos que emigraron al Norte (EEUU).
Haciendo memoria, en los últimos años de la década de los 80ss, tuve la oportunidad de vivir y trabajar en este lugar, vienen a mi memoria momentos bonitos, con mi amigo Don Xemen (Jiménez Pedro) QED. Fue una persona memorable que sostuvo la vida espiritual de su pueblo en medio de tanto dolor y sufrimiento que ocasiono el conflicto armado. San Miguel fue uno de los pueblos que más sufrió en esta región, fruto de ello, muchos murieron y otros tantos se refugiaron y emigraron  al Norte.
Es muy fácil olvidar para muchos pero esta experiencia no debe olvidarse porque queda en la memoria histórica de los pueblos.
De igual modo recordé a las hermanas misioneras de aquella época que tuvieron que salir violentamente tras el secuestro y tortura de la Hermana  Diana Ortiz, hoy el colegio parroquial lleva su nombre.
Recorrí para llegar a San Miguel La carretera que conduce desde Jacaltenango, una carretera en malas condiciones, es más una brecha, sin embargo es lo que tenemos. Pase por Coya, Chimban, comunidades de tantos recuerdos y recorridos en juventud. Allí está la gente, como que el tiempo y la distancia se acortaron y se detuvieron, tantos recuerdos vividos. Sin embargo haciendo memoria de tantos sufrimientos, la realidad es la misma, los retos son los mismos, el tiempo se detiene. Cuánto dolor, cuanta angustia vivida en el pasado, las necesidades, la pobreza continúan, solo puede verse que la economía se sostiene con lo que reciben de las remesas.
Hay tanto por hacer en nuestros pueblos, surge la impotencia cuando los que dirigen los destinos del país se roban los recursos.
Mantenemos la esperanza solo con la gente, con el pueblo que sigue escribiendo su historia.
Me dio mucho gusto dirigirme a aquellos jóvenes recordándoles un poco de la historia de San Miguel. Seguimos sembrando.
Escrito por David López
2 de mayo del 2,016.