jueves, 15 de septiembre de 2016

FIESTAS PATRIAS Y ALGO MAS (Reflexiones)




Muchos acontecimientos vividos que motivan a escribir y compartir con el afán de aportar a la reflexión y crecimiento personal.
En el marco familiar, estos días sucedió algo triste, la pérdida del primo Julián Vicente Herrera (TUKI), un joven lleno de vida, de talento, generosidad un profesional consciente de la realidad de su país, músico y un conocedor e investigador de la música autóctona de Jacaltenango, fruto de ello en su edad joven dejo un gran legado. Un gran ejemplo para las generaciones futuras en nuestra región. Su muerte dejo un gran vacío y pudo verse con  la presencia de gente de la región que vino a rendirle homenaje. Su corta vida nos enseña a superar las vicisitudes de la vida con esperanza, a veces con rebeldía, pero enfrentar con optimismo los retos, tal como le toco vivir con su familia. Una de sus características era el humor, sus chistes, aun sufriendo. Lo aprendí de sus hermanos acompañándolos en el tiempo que estuvimos buscando ayuda en los hospitales, luchando con su enfermedad.
Otra de las experiencias, es lo vivido en los centros asistenciales de salud del país. Con pena, salimos de Jacaltenango con nuestro paciente, el hospital local no pudo hacer nada más. Tuvimos que trasladarlo. Esta travesía nos muestra nuestras carencias en Guatemala. Tuvimos que requerir de una ambulancia, la de la municipalidad no estaba, la del centro de salud no se podía disponer por el conflicto interminable entre el personal y el director del centro que ha bloqueado la buena atención a la gente en el municipio. Mucho bien harían las autoridades de salud de intervenir en este problema. Nos dirigimos a la ciudad de Huehuetenango con el apoyo de los bomberos voluntarios de San Antonio Huista; llegamos al hospital nacional, con la esperanza que nuestro familiar se aferraba a la vida. Buscamos la emergencia, nos entretuvieron tres horas, luego decirnos que teníamos que viajar a Quetzaltenago porque no tenían recursos para atendernos. Mi experiencia fue de frustración, pero aun más, cuando vi esa sala llena de personas, tiradas por el piso, unos dos médicos luchando y sin recursos. Así fue como entendí cuando hablan del colapso del sistema de salud. Con pena se trasladó nuestro paciente a la ciudad de Quetzaltenango, la experiencia fue mejor, fuimos atendidos. El personal atento y generoso pero con mucho trabajo, el hospital llenos de pacientes. De nuevo mucha disponibilidad pero sin recursos. Nos enviaron hacer estudios, diagnósticos, exámenes, tomografías. Todo tenía que ser en centros privados que florecen a los alrededores del hospital nacional. Un negocio bien lucrativo para esos centros de diagnósticos. Así pasamos tres días, experimentando el ir y venir de tanta gente en un contexto diferente, cada quien con su dolor y enfermedad poniendo sus esperanzas en los médicos y en ese centro hospitalario el más grande de occidente del país. Me vi con un paciente de Aguacatán con quien en otro tiempo compartimos, con cáncer terminal y luchando con esperanza. Durmiendo en el corredor, insistiendo, pidiendo favor, humillándonos, nos dejaron estar cerca de nuestro paciente hasta el desenlace final. La solidaridad fue un valor sobresaliente, muchas personas, paisanos, gente desconocida nos consolaban. Con el desenlace final,  el fallecimiento de nuestro familiar, nos llenó de tristeza e impotencia. En esos lugares y en ese contexto, aparecen luego las funerarias disputándose el negocio. Muchas lecciones aprendidas, la situación de la salud en nuestro país es un gran reto, los pobres, ni en centros de salud del estado tienen esperanzas, porque se tiene que tener dinero. Viene la rebeldía, la impotencia, pero también las ganas de luchar para que esto cambie.
Hoy 15 de septiembre se celebra una año más de la independencia del país. Desde hace semanas, lo niños y jóvenes estudiantes se preparan para las fiestas, los maestros se esmeran en los preparativos. Sobre salen los ensayos el desfile con bandas, el ruido de tambores durante días invaden y contaminan el ambiente. Es día que se tiene que mostrar civismo y celebrar en grande la independencia. Los padres de familia se esmeraron en los gastos para que sus hijos vistan las mejores galas. Es solo un momento, pero, me pregunto, ¿Por qué tanta inversión en tiempo, recursos, energía? Quizás se pueda canalizar todo eso en otro modo de celebración que eduque y aporte más a nuestra niñez y juventud. Recientemente los maestros del estado terminaron un largo paro laboral de semanas y ahora mas horas y días   en la preparación de este evento. El civismo, el amor a la patria se puede inculcar en la cotidianidad, en el amor al trabajo, en los valores. Puede celebrarse dentro de las mismas escuelas, con los padres de familia. Total, es solo un comentario a ver las cosas diferentes.
Hemos estado viviendo el escándalo de la corrupción en todos los niveles del estado y la caída de muchos en la cárcel. Nuevamente vemos por los medios de comunicación el involucramiento de familiares del presidente. NI CORRUPTO NI LADRON, fue el slogan de propaganda, rápido se les olvido y tenemos más de lo mismo.
Vi las calles de mi pueblo con ocasión de los festejos patrios, adornadas, con mensajes de valores, pero sobresaliendo el nombre del alcalde municipal. ¿Sera que es muy temprano para iniciar la campaña política? ¿Se hicieron con recursos personales o de la municipalidad?
Bien son unas líneas, con la experiencia vivida, para aportar a la reflexión…
Escrito por David López
15 de septiembre del 2,016.



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