Estas últimas semanas y días, la noticia de las elecciones de
Estados Unidos han acaparado los noticieros a nivel mundial. Las
características de los candidatos, los contextos históricos de ese país, están
ligados a la historia del mundo, de los países y de las personas, por lo que
significa como potencia mundial.
Estaba prendido al televisor anoche y al ver los resultados, decidí apagarlo, no he visto más las noticias.
Sin embargo un pensamiento grande y reflexión fue surgiendo en mi mente.
De cara a Estados Unidos, el resultado de las elecciones genera
crisis, puede verse en el trasfondo el racismo blanco, predominante y dormido
por un tiempo, que empieza a salir a luz, mas ahora con las características del
presidente electo.
Para el mundo occidental es una incertidumbre, para América
Latina, para Guatemala de igual modo. ¿Qué vendrá? Lo sabremos con el devenir
del tiempo. Sin embargo quiero poner mi granito de arena para la reflexión,
sobre lo que veo en nuestro país.
La economía de Guatemala se sostiene con las remesas enviadas
por los miles de paisanos en estados
Unidos, eso lo sabemos y quizá sea unos de los grandes miedos que tenemos, las amenazas
del Sr, Trump de deportar a miles de emigrantes residentes en Estados Unidos. Esto puede ser
una realidad.
En el entorno político local, hay una serie de tensiones
especialmente en el Congreso por injerencia en la política interior de parte de
la embajada norteamericana, los diputados han querido declarar non grato al
embajador y no muchos ahora estarán contentos con el cambio de gobierno en ese
país. ¿Quiénes son? Los mafiosos, los que han hecho de la política su negocio,
los racistas, los que han vivido de la política sucia, los señalados de
narcotraficantes o nexos con poderes ocultos. Esa es la gente señalada en el
congreso que ven en riesgo su poder en el país y tienen miedo de ser señalados.
Quizás es hora de que nosotros depuremos
ese congreso.
En nuestros paisanos en el norte, yo viví por años con ellos,
puedo entender los miedos y la inseguridad, ¿Qué pasara? ¿Cuál será el futuro?
Me atrevo a afirmar que toda crisis, todo caos puede ser una
oportunidad.
La historia de los gringos es de ellos. Pero nosotros tenemos
que ver qué podemos hacer en la nuestra.
La ola de emigrantes al norte se ha acrecentado últimamente,
sobre todo que muchos ven que los niños son la oportunidad para entrar y cruzar
la frontera.
Para nuestros gobernantes los emigrantes son la oportunidad
de fuentes de divisas para el país y así lo ven, sin hacer nada por mejorar el
apoyo a nuestros connacionales.
La situación del país no cambia, tenemos más de lo mismo,
aunque el año pasado se genero esperanza con los cambios en el país con la
lucha contra la corrupción, muchos de nuestros
antiguos gobernantes están en la cárcel. Pero vuelvo a afirmar tenemos más de
los mismo.
Las futuras olas de emigrantes retornando, expulsados que se
ven venir, tienen que hacernos ver que nuestra lucha es aquí. Que las causas de
la emigración están aquí. Que si el posible retorno genere caos, pues que bien,
porque entonces los que dirigen los destinos del país se pondrán a trabajar
para construir una verdadera nación incluyente. Que no se vea la política como
un recurso para robar, para corromper, para abusar, para vivir fácil y
convertirla como un negocio. Sino una oportunidad de aportar para mejorar
nuestra historia. Es aquí donde podemos construir nuestro norte.
¿Tenemos que seguir viendo el norte como la única posibilidad
para ver la fuente de economía de nuestro país? No. Es hora de trabajar todos,
los de derecha, izquierda, centro. Indígenas, ladinos. Todos los estratos
sociales estamos llamados a construir juntos nuestro futuro. Es una oportunidad
de ser propositivos, creativos. Hay tantas realidades que nos gritan que todos
busquemos respuestas AQUÍ Y AHORA.
Escrito por David López
9 de noviembre del 2,016.