Es triste,
preocupante y desalentadora la actitud de apatía, indiferencia y pesimismo ante
el panorama político actual en nuestro país.
Guatemala, es
un barco en el que vamos todos: hombres, mujeres, niños, jóvenes, adultos,
pobres y ricos, indígenas y ladinos. Un país con una naturaleza hermosa, rica en recursos y potencialidades. Pero tan lejos
de alcanzar a ser un país mejor para
todos.
Los últimos acontecimientos
en el quehacer político de estos primeros días del año contemplamos un país sin
esperanzas:
Vemos un presidente que deja mucho que desear
en su función de guiar la nación, es mas en su discurso se puede ver cinismo,
ignorancia, una persona vacía y sin rumbo. Se le ve un rostro cansado, más
bien, sin norte. Justificando su trabajo y cuando alguien esta así, ve espantos y enemigos por doquier. No se ve un
hombre feliz, realizado en el trabajo de servir a su país en el puesto
importante de ser presidente de la nación. Refleja una imagen de alguien que es
manipulable, no se ve que tenga claridad
en lo que tiene que hacer y tiende a mentir. Es mi percepción por lo que veo en
sus presentaciones públicas. Su discurso en su informe de gobierno en el
congreso lo refleja todo.
Un congreso de
la república con gente que llegó a su puesto comprando su curul, invirtiendo
mucho dinero para ese negocio. Gente de la vieja política, con claridad en su
cinismo, que no le importa el país, sino su bien personal. Así, por poder,
dinero pueden vender hasta su madre. Partidos políticos dispuestos a
negociaciones y cuotas de poder, pero claramente podemos ver que no aspiran
servir al pueblo, a la gente que los llevo al poder. Alguien los definía
simplemente como dinosaurios de la política que buscan su bien personal. En las
luchas del poder en el congreso, podemos ver claramente el desastre del sistema
de partidos políticos actual en nuestro país. Hay pocas excepciones.
Los poderes económicos
que no quieren perder sus privilegios. Lograron con su poder y presión quitar
al superintendente de la SAT, una persono que mostró que se pueden hacer bien
las cosas en ese ente de corrupción en los años anteriores, prueba de ello es
que hay varios funcionarios en la cárcel.
Tenemos cerca
el nombramiento de nuevos funcionarios, que seguramente los tentáculos del
poder fáctico están detrás: Fiscal General, Contralor, entre otros.
Una CICIG
perseguida, con una increíble campaña de desprestigio y claramente puede verse
que no es del agrado del presidente y los sectores corruptos del país.
¿No hay corrupción
en las otras instancias del poder público? Esta pregunta suena en la
conciencia. Tanta lucha, tanto esfuerzo, pero esa enfermedad persiste en todos
los sectores y dependencias del gobierno y no se puede tapar el sol con un
dedo.
Viendo el
poder local, en las municipalidades, seguimos en las mismas, pequeños feudos
donde los alcaldes son dueños y señores de su voluntad, nadie los toca, nadie
los cuestiona, tienen la verdad absoluta y no se equivocan. Nadie puede
cuestionar, nadie puede decir nada y hay de aquel que cuestione, porque es
enemigo, es oposición y se le tilda. Se rodean de aduladores a su servicio que
son tapaderas de corrupción. Esta es la realidad en nuestros pueblos, mientras
tanto estos personajes se van enriqueciendo, van haciendo construcciones con
dineros de dudosa procedencia. Pero nadie dice nada, solo los rumores que
enferman…
Esta es
nuestra triste realidad… ¿Sera que puede cambiar?
Escrito por:
David López.
Enero del
2,018.