Por invitación de mis amigos y compañeros de AA tuve la dicha
de visitar San Miguel Acatan y fue una ocasión para volver atrás y traer a mi
memoria tantos recuerdos vividos en el pasado en esas hermosas tierras de los Cuchumatanes
y con su bella gente.
San Miguel se encuentra enclavado en el corazón de los Cuchumatanes,
es un pequeño pueblo, ahora cambiado, con sus calles pavimentadas y
construcciones modernas todo debido al aporte de las remesas que provienen de
hermanos que emigraron al Norte (EEUU).
Haciendo memoria, en los últimos años de la década de los
80ss, tuve la oportunidad de vivir y trabajar en este lugar, vienen a mi
memoria momentos bonitos, con mi amigo Don Xemen (Jiménez Pedro) QED. Fue una
persona memorable que sostuvo la vida espiritual de su pueblo en medio de tanto
dolor y sufrimiento que ocasiono el conflicto armado. San Miguel fue uno de los
pueblos que más sufrió en esta región, fruto de ello, muchos murieron y otros
tantos se refugiaron y emigraron al
Norte.
Es muy fácil olvidar para muchos pero esta experiencia no
debe olvidarse porque queda en la memoria histórica de los pueblos.
De igual modo recordé a las hermanas misioneras de aquella época
que tuvieron que salir violentamente tras el secuestro y tortura de la Hermana Diana Ortiz, hoy el colegio parroquial lleva
su nombre.
Recorrí para llegar a San Miguel La carretera que conduce
desde Jacaltenango, una carretera en malas condiciones, es más una brecha, sin
embargo es lo que tenemos. Pase por Coya, Chimban, comunidades de tantos
recuerdos y recorridos en juventud. Allí está la gente, como que el tiempo y la
distancia se acortaron y se detuvieron, tantos recuerdos vividos. Sin embargo
haciendo memoria de tantos sufrimientos, la realidad es la misma, los retos son
los mismos, el tiempo se detiene. Cuánto dolor, cuanta angustia vivida en el
pasado, las necesidades, la pobreza continúan, solo puede verse que la economía
se sostiene con lo que reciben de las remesas.
Hay tanto por hacer en nuestros pueblos, surge la impotencia
cuando los que dirigen los destinos del país se roban los recursos.
Mantenemos la esperanza solo con la gente, con el pueblo que
sigue escribiendo su historia.
Me dio mucho gusto dirigirme a aquellos jóvenes recordándoles
un poco de la historia de San Miguel. Seguimos sembrando.
Escrito por David López
2 de mayo del 2,016.
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