lunes, 2 de mayo de 2016

UNA VISITA A SAN MIGUEL ACATAN



Por invitación de mis amigos y compañeros de AA tuve la dicha de visitar San Miguel Acatan y fue una ocasión para volver atrás y traer a mi memoria tantos recuerdos vividos en el pasado en esas hermosas tierras de los Cuchumatanes y con su bella gente.
San Miguel se encuentra enclavado en el corazón de los Cuchumatanes, es un pequeño pueblo, ahora cambiado, con sus calles pavimentadas y construcciones modernas todo debido al aporte de las remesas que provienen de hermanos que emigraron al Norte (EEUU).
Haciendo memoria, en los últimos años de la década de los 80ss, tuve la oportunidad de vivir y trabajar en este lugar, vienen a mi memoria momentos bonitos, con mi amigo Don Xemen (Jiménez Pedro) QED. Fue una persona memorable que sostuvo la vida espiritual de su pueblo en medio de tanto dolor y sufrimiento que ocasiono el conflicto armado. San Miguel fue uno de los pueblos que más sufrió en esta región, fruto de ello, muchos murieron y otros tantos se refugiaron y emigraron  al Norte.
Es muy fácil olvidar para muchos pero esta experiencia no debe olvidarse porque queda en la memoria histórica de los pueblos.
De igual modo recordé a las hermanas misioneras de aquella época que tuvieron que salir violentamente tras el secuestro y tortura de la Hermana  Diana Ortiz, hoy el colegio parroquial lleva su nombre.
Recorrí para llegar a San Miguel La carretera que conduce desde Jacaltenango, una carretera en malas condiciones, es más una brecha, sin embargo es lo que tenemos. Pase por Coya, Chimban, comunidades de tantos recuerdos y recorridos en juventud. Allí está la gente, como que el tiempo y la distancia se acortaron y se detuvieron, tantos recuerdos vividos. Sin embargo haciendo memoria de tantos sufrimientos, la realidad es la misma, los retos son los mismos, el tiempo se detiene. Cuánto dolor, cuanta angustia vivida en el pasado, las necesidades, la pobreza continúan, solo puede verse que la economía se sostiene con lo que reciben de las remesas.
Hay tanto por hacer en nuestros pueblos, surge la impotencia cuando los que dirigen los destinos del país se roban los recursos.
Mantenemos la esperanza solo con la gente, con el pueblo que sigue escribiendo su historia.
Me dio mucho gusto dirigirme a aquellos jóvenes recordándoles un poco de la historia de San Miguel. Seguimos sembrando.
Escrito por David López
2 de mayo del 2,016.

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