En la vida hay acontecimientos que suceden, que en la dimensión
de su devenir, son fruto de la relación de unos con otros, al tiempo que se
descubren en lo más profundo de la bondad y la capacidad de dar sin recibir, de
donarse, de entregarse. Y de parte de la persona que recibe no es más que un
decir GRACIAS. Esto solo se experimenta si se sabe ser sensible, si se sabe
captar la acción genuina y se reconoce con humildad la acción recibida.
Con estas palabras
introductorias, puedo definir los acontecimientos vividos, primero, desde la
experiencia, reconocer la bondad de Dios, del Creador, del Ser Superior, del AHAW
o como sea nuestra experiencia hacia la trascendencia. La gratitud a Dios, no
tiene que ser por una respuesta a lo que necesitamos. Es simplemente por la
afluencia de bendiciones, como la fuente de agua que fluye del bosque,
cristalina, bondadosa, fresca y que llena tu necesidad del liquido vital.
Dar gracias también, por la vida, por lo que se es, por la búsqueda
de lo profundo y que en las visicitudes descubres que solo el hecho de vivir es
una bendición y una acción de gracias constante.
Descubrir que las preocupaciones cotidianas se solventan,
caminan, con la certeza de hacer lo correcto y con esa visión clara, dejar que
los acontecimientos se realicen sin caer en la ansiedad de que algo no va o
algo debe ir y asi vivir con la constante angustia que solo la mente se encarga
de complicar y genera sufrimientos inexistentes que no nos dejan vivir en paz.
Gratitud cuando ves en la bondad de tus amigos el don de la
providencia, de lo hermoso que es cultivar nuestras interrelaciones. Gratitud
cuando ves que te debes a tus seres queridos y en ellos vuelcas tus ansias de
amar y ser amado.
Gratitud por la experiencia vivida, en medio quizás del dolor
del otro y que tu único aporte es escuchar como paño de lagrimas sus dolores y
tristezas sin ánimo de cargarlo y buscar solución a todo. Solo escuchar.
Gratitud, cuando en la sencillez de un anciano, encuentras la
ternura, la experiencia y la bondad en medio de sus dolencias pero atrás de todo eso hay sabiduría acumulada, es solo que
des tiempo para escuchar.
Gratitud porque cuando hay perseverancia, lucha esfuerzo,
ganas de vivir, anhelos, se encuentran respuestas. En todo se corre riesgos
pero si perseveramos logramos lo que anhelamos.
Gratitud, una palabra que suena en la experiencia vivida
estos días que hacen de la vida más que un canto de alabanza al Creador.
Escrito por: David López
Portland, Oregon, 22 de agosto del 2,018.