lunes, 17 de junio de 2013

REFLEXIONES SOBRE MAMA

         Hoy en la mañana, regresando a casa luego de mi ejercicio matinal de encuentro conmigo mismo, vi el desfile de niños con una flor en la mano. Vino a mi mente momentos vividos de infancia, en otro contexto, pero con la misma motivación, nos preparábamos para celebrar el día de las madres. Esos tiempos atendidos por las religiosas de Maryknoll en el Colegio de Nuestra Señora de Candelaria. Cada tarde del mes de mayo nos aprestábamos a celebrar el rosario en honor a la Virgen María a quien le dedicábamos nuestra oración y homenaje. Como niños llevábamos una flor al altar colocado dentro del templo parroquial. Otra actividad fuerte es celebrarle a mama, en un contexto de escasez y pobreza, pero nos inculcaban ese valor. Nuevamente viendo a esos niños, digo que seguramente quedo en nuestra mente y nuestro ser, ese modo de celebrarle a mama, como parte de nuestra identidadjakalteca.
         Celebrar a mama debía ser siempre, ella representa el amor sublime, la grandeza de su ser que encarna ternura, entrega, todo sentimiento noble. No puede existir una mala madre, aun aquella que renuncia a su hijo, aquella que pueda aparentar la negación de su maternidad, porque dentro de su ser esta la experiencia única de ser madre.
         Volviendo a la escena de los niños, de su candidez, su inocencia, con su flor en la mano, nos invita a retomar  toda la inocencia y la grandeza del amor que inspira la madre. Esto inspira hoy a buscar, desde esa raíz del amor a hacer bien lo que nos toca en la vida. Nadie puede concebirse, nadie puede Ser, Existir sin una madre, por lo tanto ella simboliza la más grande en torno al amor y es fuente de inspiración.         
         Tengo el privilegio de tener a mi madre, la contemplo, veo su imagen pequeña, con su cabello blanco, con sus quebrantos de salud y el peso de los años, pero llena de amor, entrega, con la energía joven que le caracteriza por su trabajo cotidiano. Veo su trabajo y entrega, su autosuficiencia, su cocina tan variada y su arte de atender su negocio, sus idas todos los días al mercado para abastecer de productos su tienda que ha persistidoatreves de los años y que con ella ha aportado para la economía familiar. Veo a los clientes complacidos por sus atenciones y volverán porque es la tienda donde hay de todo para comprar y una sonrisa amable. Veo a mi madre con su espiritualidad fuerte, una mujer de fe, de oración diaria y entregada a su religión. Veo a mi madre, preocupada siempre que la comida este a tiempo, su entrega generosa para visitar enfermos sacando fuerzas pese a que le dificulta caminar. Veo a mi madre siempre atenta para servir. Y en su silencio, su pensamiento estará siempre en que los hijos estemos bien, que hagamos bien con nuestras vidas y eso será siempre su plegaria a Dios, que nos cuide donde quiera que estemos. Esta es mama y mucho más y por eso hoy me detengo a contemplarla y escribir estas notas como testimonio de mis días ahora de convivir ycompartir con ella. Doy gracias al cielo por tener este don de tenerla cerca, de estar con ella, disfrutar servirla y disfrutar su servicio y su arte culinario. Es un don de Dios. Por ella hoy, elevo mi plegaria por todas las mujeres, que en diferentes circunstancias tienen la misión de ser madres, unas realizadas plenamente y otras en el difícil camino del sufrimiento por ver sus sueños truncados, por tener una experiencia dolorosa de ver su maternidad en el sufrimiento, sobre todo cuando hacen de padre y madre, que ven a los hijos en situaciones difíciles de la vida, o que la pierden   por uno u otro motivo, especialmente en los problemas de la vida, en adicciones, que mueren víctimas de la violencia, la pobreza,  hambre y guerras,impotentes ante tanto dolor.
         Hay mucho porque inspirarse en torno a mama, me quedo en la contemplación y quiero cerrar con el pensamiento, MADRE SE TRADUCE  EN LA PALABRA AMOR…
                  Bendita eres madre, obra maravillosa del Creador. Seguramente muchos dirán: la mía está muerta…, una plegaria por ella. Y que desde el infinito todas esas madres que ya han trascendido, nos envíen sus bendiciones.
Escrito por David López.

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