El frio, el
viento y en otras partes la nieve nos hacen ver que este tiempo es algo
especial, es NAVIDAD. Seguramente en nuestras mentes y en la
experiencia personal de muchos nosotros, especialmente los que tenemos la
tradición cristiana se fortalecen los sentimientos de amor, de paz y los
valores propios que hacemos énfasis en este tiempo, en especial los de la
unidad familiar.
De igual
modo las luces de colores, los arbolitos, los santas que ya son muy propios de
nuestro ambiente nos invitan a un ambiente festivo, se ha añadido desfiles de
carrozas patrocinados por diferentes casas comerciales, nos invitan a gastar, a
sacar nuestros propios ahorros y, otros, más de lo que no tienen prestando endeudándose.
Es tiempo en que el comercio se incrementa, muchas tiendas ponen sus esperanzas
en que aumentaran sus ingresos y sus ganancias. Sin embargo hay quienes en su
diario vivir no tienen más que la experiencia de su pobreza y esperan la
solidaridad de alguien si eso existe.
Afloran los
sentimientos buenos nobles que muchas veces se quedan como una estrella fugaz,
en del momento, porque así se nos pinta con tanta información de los medios de
comunicación. Pasados esos días volvemos con la resaca de los aconteceres
vividos a la realidad de la vida. Una realidad de luchas diarias en nuestro que
hacer personal, pero saliendo a nuestro entorno, veremos lo que acontece en los
planos económicos, políticos y sociales de nuestros pueblos, nuestro país y el
mundo. Y vuelve la sensación de la pesadumbre, de la impotencia ante tantas
situaciones que no se pueden cambiar.
Eso, nos
invita a pensar realmente QUE ES
NAVIDAD? Es mucho más que buenos
sentimientos, en gastos superfluos, en compras y ventas y ganancias. Para los
creyentes, ES LA FE PROFUNDA EN JESUS,
EL SALVADOR. Quizás esta afirmación desconcierte a muchos, pero es así. Solo
en la experiencia de fe es que podemos encontrar sentido a estas fiestas. Y
esto lo muestran los humildes pastores de Belén que nos describen las
escrituras.
Mis apuntes
no serán novedosos sin embargo tienen sentido cuando se experimenta EL AMOR
MISERICORDIOSO DE DIOS EN JESUS. Y que
se puede ver en el rostro del hermano y la hermana, en la armonía que tratamos
de tener en nuestro diario vivir, con
nosotros mismos y con el universo. Esto encierra el verdadero abrazo de
Navidad, transmitir esa vivencia de fe que solo El puede darnos. Pero para eso debemos tener valores de humildad, coherencia y verdad.
Un fuerte abrazo a
todos.
Escrito por: David López.
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