domingo, 29 de diciembre de 2013



FIN E INICIO DE AÑO UN MOMENTO PARA REFLEXION
            Estamos finalizando el año y damos dentro de poco, inicio a uno nuevo, el 2,014.  De igual modo que Navidad, son fiestas que nos reúnen en familia o hacemos planes de salir, de divertirnos, de brindar por lo que se va y por lo que vendrá. Hay sentimientos encontrados, muchas veces marcados por éxitos, fracasos, alegrías y tristezas y así, cada uno se encontrará con su situación de acuerdo como le haya ido en el tiempo.
            En los aconteceres mundiales podemos contemplar crisis humanas en todos los aspectos de la vida, como ejemplo tenemos las guerras en Siria, todo lo que es Medio Oriente y sus tensiones, en los países africanos y en otros países donde se debaten las situaciones con balazos y guerras enfrentamientos fratricidas sin terminar. Un año fuertemente marcado por la crisis económica mundial, fue notoria en las noticias la situación europea, no así en la mayoría de los países pobres. La realidad de los emigrantes, la crisis humana de los náufragos muertos en Lampedusa, Italia y la indiferencia de los países ricos. Todas esas situaciones y muchas más, nos hacen ver la crisis de humanismos que nos aqueja en el tiempo actual.
            Demos una ojeada a nuestro continente, se camina con esperanza pero hay tensiones políticas, divisiones ideológicas irreconciliables donde marca más  el egoísmo y el bienestar personal al bien público, se puede ver en la corrupción de los gobiernos. El gran reto que plantea el narcotráfico y la ola de violencia que eso arrastra. Sin embargo puede verse algo de esperanza en hechos como el dialogo de paz en Colombia y los procesos democráticos  en la mayor parte de los países. No sin grandes retos que significa la pobreza generalizada en la mayoría de la población.
            En nuestro país, aunque caminamos entre luces y sombras no deja de sentirse sentimientos de pesadumbre ante la realidad que nos aqueja. Una sociedad marcada por la violencia, situación a la que vamos acostumbrándonos como el pan nuestro de cada día. La impotencia al ver la situación política desquiciada, sin sentido, donde los que la dirigen no son más que comerciantes del poder, que velan por sus propios intereses, no hay partidos marcados por una ideología sino solamente son electoreros. Es muy triste ver el ridículo que hacen los diputados del congreso, es la institución del estado más desacreditada. Padres de la patria que se venden al mejor postor. De igual modo el poder judicial, pudimos ser testigos del juego de intereses para elegir al presidente de la Corte Suprema de justicia. Una justicia que se imparte si hay dinero de por medio. Justicia retardada. Cárceles hacinadas sin que se encausen los procesos.
            No digamos el poder ejecutivo, no es nada secreto de la venta de influencias, el enriquecimiento ilícito de funcionarios corruptos, etcétera y etcétera.
            Somos testigos de una campaña electoral anticipada donde los partidos se burlan de las mismas leyes, caminos, carreteras manchadas con pintas destruyendo el medio ambiente. Vemos políticos repartiendo proyectos, utensilios, recursos con dineros de los impuestos de la nación y que generamos los guatemaltecos,  cínicamente, como que fueran  recursos de ellos.
            Esta realidad deja un sentimiento de desesperanza, de impotencia y no de cierta rebeldía.
            En el ambiente de la población hay pesimismo sin embargo tenemos que trabajar, luchar y seguir adelante. Necesitamos nuevos liderazgos, personas con sentimientos genuinos que nos ayuden a encontrar la ruta. En otros tiempos lo ocupaban las instituciones religiosas, sin embargo ahora dejan mucho que desear.
            Nos enfrentamos a grandes retos sociales, necesitamos orientar bien a nuestros pueblos. Siento que hay líderes sociales que hacen mucha bulla si hay dinero de la cooperación internacional para financiarse, de lo contrario no es una lucha social genuina, es un modus vivendi, por eso entre ellos mismos terminan peleándose por un poco de dinero.
            No quiero terminar sin mirar el nivel local, en mi pueblo Jacaltenango. Quiero decir que es un pueblo bello, pacífico y trabajador. Desafortunadamente en los últimos años nos vimos envueltos en pleitos políticos, no puedo llamarlo ideológico, sino más bien una lucha de intereses personales. Esto llevo a mucho desgaste y división entre varios sectores de la comunidad. Pero, no hay mal que dure cien años, hace pocos días el sector que llevo al actual alcalde municipal, quienes encabezaron las confrontaciones, terminaron destruyéndose entre ellos mismos. Fue muy triste ver el espectáculo que dieron pero hace ver que todo movimiento mal encaminada, no solo termina mal, sino hace tanto daño a la sociedad.
            Esta sencilla visión y mucho más puede verse en el tiempo que se va. Pero queda el gran reto, dentro de nosotros, como vivimos, como encaminamos nuestras esperanzas y nuestras acciones. Como llevamos el gran tesoro de la vida que se tiene juntamente con nuestro entorno, con quienes convivimos. Especialmente los más cercanos. Es un buen momento de evaluación para darnos la oportunidad de vivir en un futuro de esperanza, en la construcción de un mundo mejor. Hay tanto por hacer, quizás es bastante con realizar bien lo que nos toca en la vida y lo demás Dios dirá.
             Feliz Año  a todos y brindemos por la vida.

Escrito por: David López 

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