FIN E INICIO DE AÑO UN
MOMENTO PARA REFLEXION
Estamos
finalizando el año y damos dentro de poco, inicio a uno nuevo, el 2,014. De igual modo que Navidad, son fiestas que
nos reúnen en familia o hacemos planes de salir, de divertirnos, de brindar por
lo que se va y por lo que vendrá. Hay sentimientos encontrados, muchas veces
marcados por éxitos, fracasos, alegrías y tristezas y así, cada uno se
encontrará con su situación de acuerdo como le haya ido en el tiempo.
En los
aconteceres mundiales podemos contemplar crisis humanas en todos los aspectos
de la vida, como ejemplo tenemos las guerras en Siria, todo lo que es Medio
Oriente y sus tensiones, en los países africanos y en otros países donde se
debaten las situaciones con balazos y guerras enfrentamientos fratricidas sin
terminar. Un año fuertemente marcado por la crisis económica mundial, fue
notoria en las noticias la situación europea, no así en la mayoría de los
países pobres. La realidad de los emigrantes, la crisis humana de los náufragos
muertos en Lampedusa, Italia y la indiferencia de los países ricos. Todas esas
situaciones y muchas más, nos hacen ver la crisis de humanismos que nos aqueja
en el tiempo actual.
Demos una
ojeada a nuestro continente, se camina con esperanza pero hay tensiones
políticas, divisiones ideológicas irreconciliables donde marca más el egoísmo y el bienestar personal al bien público,
se puede ver en la corrupción de los gobiernos. El gran reto que plantea el
narcotráfico y la ola de violencia que eso arrastra. Sin embargo puede verse
algo de esperanza en hechos como el dialogo de paz en Colombia y los procesos
democráticos en la mayor parte de los
países. No sin grandes retos que significa la pobreza generalizada en la mayoría
de la población.
En nuestro
país, aunque caminamos entre luces y sombras no deja de sentirse sentimientos
de pesadumbre ante la realidad que nos aqueja. Una sociedad marcada por la
violencia, situación a la que vamos acostumbrándonos como el pan nuestro de
cada día. La impotencia al ver la situación política desquiciada, sin sentido,
donde los que la dirigen no son más que comerciantes del poder, que velan por
sus propios intereses, no hay partidos marcados por una ideología sino
solamente son electoreros. Es muy triste ver el ridículo que hacen los diputados
del congreso, es la institución del estado más desacreditada. Padres de la
patria que se venden al mejor postor. De igual modo el poder judicial, pudimos
ser testigos del juego de intereses para elegir al presidente de la Corte
Suprema de justicia. Una justicia que se imparte si hay dinero de por medio.
Justicia retardada. Cárceles hacinadas sin que se encausen los procesos.
No digamos
el poder ejecutivo, no es nada secreto de la venta de influencias, el
enriquecimiento ilícito de funcionarios corruptos, etcétera y etcétera.
Somos
testigos de una campaña electoral anticipada donde los partidos se burlan de
las mismas leyes, caminos, carreteras manchadas con pintas destruyendo el medio
ambiente. Vemos políticos repartiendo proyectos, utensilios, recursos con
dineros de los impuestos de la nación y que generamos los guatemaltecos, cínicamente, como que fueran recursos de ellos.
Esta
realidad deja un sentimiento de desesperanza, de impotencia y no de cierta
rebeldía.
En el
ambiente de la población hay pesimismo sin embargo tenemos que trabajar, luchar
y seguir adelante. Necesitamos nuevos liderazgos, personas con sentimientos
genuinos que nos ayuden a encontrar la ruta. En otros tiempos lo ocupaban las
instituciones religiosas, sin embargo ahora dejan mucho que desear.
Nos enfrentamos
a grandes retos sociales, necesitamos orientar bien a nuestros pueblos. Siento
que hay líderes sociales que hacen mucha bulla si hay dinero de la cooperación
internacional para financiarse, de lo contrario no es una lucha social genuina,
es un modus vivendi, por eso entre ellos mismos terminan peleándose por un poco
de dinero.
No quiero
terminar sin mirar el nivel local, en mi pueblo Jacaltenango. Quiero decir que
es un pueblo bello, pacífico y trabajador. Desafortunadamente en los últimos
años nos vimos envueltos en pleitos políticos, no puedo llamarlo ideológico,
sino más bien una lucha de intereses personales. Esto llevo a mucho desgaste y
división entre varios sectores de la comunidad. Pero, no hay mal que dure cien
años, hace pocos días el sector que llevo al actual alcalde municipal, quienes
encabezaron las confrontaciones, terminaron destruyéndose entre ellos mismos.
Fue muy triste ver el espectáculo que dieron pero hace ver que todo movimiento
mal encaminada, no solo termina mal, sino hace tanto daño a la sociedad.
Esta
sencilla visión y mucho más puede verse en el tiempo que se va. Pero queda el
gran reto, dentro de nosotros, como vivimos, como encaminamos nuestras
esperanzas y nuestras acciones. Como llevamos el gran tesoro de la vida que se
tiene juntamente con nuestro entorno, con quienes convivimos. Especialmente los
más cercanos. Es un buen momento de evaluación para darnos la oportunidad de
vivir en un futuro de esperanza, en la construcción de un mundo mejor. Hay
tanto por hacer, quizás es bastante con realizar bien lo que nos toca en la
vida y lo demás Dios dirá.
Feliz Año
a todos y brindemos por la vida.
Escrito por: David López
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