Ayer lunes 15 de marzo tuve el privilegio de viajar con mis amigos Edgar Díaz, un agrónomo luchador con las comunidades y Vinicio Montejo, clave para los proyectos de café que implementamos, a las tierras bajas de Jacaltenango.
Estas partes bajas del municipio se caracterizan por
planicies aptas para el cultivo de alimentos con sistemas de miniriego. Siempre
he sostenido que son un potencial productivo para la zona sin embargo los
agricultores han atravesado una serie de problemas, financieros, asesoría técnica
y comercialización. Cuando digo potencial lo afirmo con convicción, sin embargo,
está el empuje de la gente, pero hace falta apoyo de las instituciones. Actualmente
uno de los grupos afronta una deuda grande por un crédito que buscaron para introducción del agua
proveniente del Rio Azul.
Estamos con el deseo de incursionar y trabajar un
pequeño proyecto en una parcela, espero que el trabajo en sociedad con dos
amigos podamos realizar nuestros sueños.
En la búsqueda de motivación y conocimiento de experiencias
en la zona visitamos a Don Cristóbal Delgado, una persona mayor pero no
importando la edad pudimos contemplar su trabajo y dedicación. Conocimos el cultivo
de tomates en invernadero con la tecnología más avanzada de HIDROPONÍA. Me
quede impresionado, un hombre sencillo, silencioso mas parecía un monje
trapense, que en su silencio contemplativo se dedica a trabajar con entusiasmo
y amor sus plantas. Muchos pensamientos
pasaron por mi mente y ahora lo comparto:
La realidad actual es tan difícil, se nos plantean
retos, sin embargo la gran mayoría se queda en lamentos, en protestas, en oposición
al emprendimiento. Los políticos buscando su oportunidad para enriquecerse con
la hacienda pública, que la corrupción,
que los pleitos en el congreso y un sin fin de situaciones que hacen parecer
todo sin sentido.
La Imagen de don Cristóbal, una persona entrada en
años pero con entusiasmo entregado a lo suyo, cimentó en mi la esperanza de que
como él, hay muchas más personas que con su trabajo silencioso aportan al bien del país.
Ojala hubieran muchos más Don Cristóbal,
sembrando vida y esperanza.
Los días que vienen en que muchos hablan de vacaciones
puedan convertir su valioso tiempo al trabajo digno y buscar otras opciones de generación
de vida digna. Al fin y al cabo son días de reflexión y espiritualidad.
Escrito por David López
Marzo del 2,016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario