jueves, 25 de abril de 2019

UNA VISITA LLENA DE ESPERANZA



El día de ayer martes 24 de abril, siempre en las andanzas de ir a proponer nuestro proyecto político a las diferentes comunidades, nos encaminamos a la aldea de Buxup, de aquí de Jacaltenango. Yo iba con temor de la ausencia de la comunidad, con no muy grande entusiasmo, siempre influenciado por el contexto tan negativo y deprimente que ocurre en el país. Bien que mal todo lo que ocurre lleva a una actitud de apatía,  sentimientos negativos y de desesperanza. Sin embargo contemplé el semblante de mis compañeros, con escasos recursos y dando lo mejor que tienen, su tiempo, emprendimos el viaje.
Llegamos a la comunidad por como las 5:30 pm, recorrimos las calles, en fin, dimos comienzo  a transmitir nuestro mensaje. La gente poco a poco se fue juntando, terminamos con una buena cantidad de oyentes que nos escucharon.
De regreso, recordé a mi amigo José que está enfermo de cáncer. Hice una parada y entre a su casa, estaba cenando rodeado de su familia. Lo encontré con un semblante jovial y lleno de esperanza, aunque la noticia que me dio es que los médicos lo desahuciaron, es decir que le dieron pocas esperanzas de vivir, porque la enfermedad estaba muy avanzada.
A José, aunque lo conozco desde niño, lo he tratado más en los últimos años de mi incursión en la vida de Jacaltenango luego de mi ausencia por años, particularmente por el programa de Alcohólicos Anónimos. Lo he visto compartir con entusiasmo su experiencia alcohólica, su lucha y su esperanza por un proceso de recuperación integral, nos ha compartió su dolor y sufrimiento por el alcohol y como ha logrado reivindicarse con la vida. José se ha ganado la vida con su carreta de helados, vendiendo en los diferentes pueblos, siempre con dignidad y generosidad. Una vez con orgullo me compartió a degustar uno de sus helados.
Encontré a José diferente, delgado, me contó que era la primera vez que comía con hambre. Rodeado de su familia comenzamos una breve conversación. Me contó de su peregrinar en busca de su salud. La dificultad económica, los obstáculos en los servicios de salud. Particularmente en los servicios de salud del estado. La noticia que le dieron en cancerología. Finalmente me dijo: Como me aprendido en el programa tengo que  aceptar lo que no puedo cambiar. Voy a vivir mis 24 horas con esperanza, aferrado a la fe y esperanza en Dios que me saco de peores situaciones. Vi en él paz, aceptación, lucha y rodeado del amor de su familia. Salió de mí orar juntos y pedir al Dios de la vida su misericordia para su recuperación.
Fue una experiencia rica y me hizo pensar en el enfermo desahuciado de nuestro país, que se debate en tantos problemas de salud, especialmente leyendo los últimos acontecimientos políticos.  El sentimiento de derrota ante el monstruo de la corrupción y poderes paralelos que están destruyendo nuestra patria. José con su testimonio me dio fortaleza en lo que he emprendido, y comprendí que con la esperanza puesta en Dios y la determinación de querer hacer lo mejor para continuar adelante no obstante la dimensión de la enfermedad, poder aportar algo en ese largo caminar de la historia tan triste de nuestro pueblo.
José me inspiro a ver, que aunque la situación es tan difícil no perder la esperanza en algo mejor y que la vida siempre nos da posibilidades.
El evangelio del día de ayer nos hacía el relato de los discípulos de Emaús. Iban derrotados por el camino, ciegos con su dolor y el desconocido que iba con ellos les lleno de consejos y sabiduría, y lo descubrieron cuando se abrieron a la fe y su tristeza se convirtió en alegría. Ese pasaje iluminó mi realidad.
Meditando lo vivido emprendí con mis compañeros el regreso a casa lleno de esperanza. En la puerta de la casa estaba mi padre cargado de años esperándome con alegría.
Escrito por David López
Abril 25 del 2,019.

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