miércoles, 3 de junio de 2020

CONSIDERACIONES EN TIEMPO DE PANDEMIA



                Las circunstancias de la vida actual en el mundo ofrece la oportunidad para sentarse y reflexionar sobre varios aspectos que pueden ser de índole personal, social político, económico, ecológico y un sinfín de temas y ojala sea oportunidad para buscar después de esta situación tan difícil caminos mejores para nuestra convivencia humana en el mundo.
                Desde mi particular experiencia considero el tiempo benevolente conmigo,  la vida me ofrece la oportunidad de vivir en el campo donde puedo tener silencio, trabajo, contemplación y oportunidad de un sano ocio. El tiempo de confinamiento se ha combinado con un poco de trabajo impulsando cultivo de hortaliza, no es algo rentable en términos económicos pero muy gratificantes porque se colabora a la seguridad alimentaria, auto sostenibilidad y una salud en equilibrio con la naturaleza. Considero que es un privilegio para mí. De igual modo pude y estoy realizando mis trabajos de campo con algunas personas que colaboran conmigo y vemos como la labor agrícola nos  va ofreciendo oportunidades. Tenemos que volver nuestros ojos en una agricultura sostenible y ver que el hacinamiento en las grandes ciudades no es el futuro de las nuevas generaciones. Los gobiernos tienen que apoyar grandemente a este sector, especialmente el campesino. Podremos tener dinero pero si no hay comida de nada nos sirve. En este tiempo se puede ver la importancia del trabajo de los productores agrícolas. Sin comida no hay vida.
                Tenemos la oportunidad de tener unos negocios, es doloroso tener que cerrar o prescindir de servicios. Ha sido muy duro estos días, sobre todo si hay facturas que pagar. La relación con las empresas que proveen energía ha sido difícil, porque ellos no pierden y en muchos casos como el nuestro nos han aumentado los cobros injustificadamente. Esa es la situación generalizada de los pequeños negocios en la comunidad.
                En el ámbito del pueblo gracias a Dios estamos todavía sin casos de enfermedad que ocasiona la pandemia. Hay buena voluntad de la población de cuidarse. Pero es difícil pedir a un pueblo que se resguarde cuando tiene que luchar por sobrevivir cada dia, especialmente el sector campesino. Tienen que llevar comida a su familia con los cincuenta quetzales de su jornal diario. Quienes tienen un salario y reciben un cheque mensual se les puede hacer más fácil.
                La respuesta de las autoridades locales, fuera de los jóvenes que colaboran en las entradas de la comunidad, no se ve nada. No se ven políticas de acompañamiento. Hay una ausencia total de las autoridades municipales, particularmente el alcalde. Ojala que no estén usando la pandemia como distractor para dedicarse a actividades de corrupción y malos manejos de los recursos del pueblo. En este contexto hay un total desconocimiento e información del trabajo que ejecutan. Hay de igual modo una total apatía de la ciudadanía para ver estos aspectos. Decir algo sobre el tema  se vuelve enemigo de las autoridades y esto hace que nadie cuestione ni diga nada.
                Es indudable la seriedad de esta enfermedad. Tristemente me he enterado de amigos queridos en EEUU que están luchando por vivir en un estado de gravedad en hospitales. No nos damos cuenta de la seriedad hasta que lo vemos cerca.
                Es increíble de igual modo el sentido de solidaridad en varios sectores de la sociedad. Hay iniciativas de personas para fomentar su espiritualidad, su oración e invocación a Dios desde el modo que practique su fe.
                Es justo hacer un reconocimiento a los trabajadores de salud que con precariedad arriesgan su vida al servicio de sus hermanos que sufren.
                Pienso y sostengo que esta realidad de la pandemia es una gran oportunidad para revisar nuestras vidas a nivel personal y familiar. Nuestras interrelaciones, quizás  la presión nos vuelve neuróticos, nos desespera el encierro. Pero algo nuevo vendrá.
                Es un tiempo  para que a nivel de país nos demos la oportunidad de fortalecer nuestros liderazgos, busquemos nuevos destinos de esperanza. Los políticos mentirosos y sus partidos están cayendo en su credibilidad. Esperamos que nuestro pueblo despierte y que seamos gestores de un nuevo orden. A nivel mundial El Covid19 ha generado crisis pero también oportunidad para muchos países.
                Las muertes y la debacle económica nos piden un nuevo orden mundial. Los acontecimientos recientes en EEUU nos hacen ver que hasta los imperios caen, particularmente con un liderazgo mediocre, criminal y mafioso.
                Podemos darnos una vuelta por la vida de nuestros países latinoamericanos fuertemente golpeados, pero surgirán si los pueblos son dignos de cambios y levanten la cabeza de lo contrario hemos perdido una gran oportunidad.
Escrito por David López
Junio 3 del 2020.


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