Las
circunstancias de la vida actual en el mundo ofrece la oportunidad para
sentarse y reflexionar sobre varios aspectos que pueden ser de índole personal,
social político, económico, ecológico y un sinfín de temas y ojala sea oportunidad
para buscar después de esta situación tan difícil caminos mejores para nuestra
convivencia humana en el mundo.
Desde
mi particular experiencia considero el tiempo benevolente conmigo, la vida me ofrece la oportunidad de vivir en
el campo donde puedo tener silencio, trabajo, contemplación y oportunidad de un
sano ocio. El tiempo de confinamiento se ha combinado con un poco de trabajo
impulsando cultivo de hortaliza, no es algo rentable en términos económicos
pero muy gratificantes porque se colabora a la seguridad alimentaria, auto
sostenibilidad y una salud en equilibrio con la naturaleza. Considero que es un
privilegio para mí. De igual modo pude y estoy realizando mis trabajos de campo
con algunas personas que colaboran conmigo y vemos como la labor agrícola nos va ofreciendo oportunidades. Tenemos que
volver nuestros ojos en una agricultura sostenible y ver que el hacinamiento en
las grandes ciudades no es el futuro de las nuevas generaciones. Los gobiernos
tienen que apoyar grandemente a este sector, especialmente el campesino.
Podremos tener dinero pero si no hay comida de nada nos sirve. En este tiempo
se puede ver la importancia del trabajo de los productores agrícolas. Sin
comida no hay vida.
Tenemos
la oportunidad de tener unos negocios, es doloroso tener que cerrar o
prescindir de servicios. Ha sido muy duro estos días, sobre todo si hay
facturas que pagar. La relación con las empresas que proveen energía ha sido difícil,
porque ellos no pierden y en muchos casos como el nuestro nos han aumentado los
cobros injustificadamente. Esa es la situación generalizada de los pequeños
negocios en la comunidad.
En
el ámbito del pueblo gracias a Dios estamos todavía sin casos de enfermedad que
ocasiona la pandemia. Hay buena voluntad de la población de cuidarse. Pero es difícil
pedir a un pueblo que se resguarde cuando tiene que luchar por sobrevivir cada
dia, especialmente el sector campesino. Tienen que llevar comida a su familia
con los cincuenta quetzales de su jornal diario. Quienes tienen un salario y
reciben un cheque mensual se les puede hacer más fácil.
La
respuesta de las autoridades locales, fuera de los jóvenes que colaboran en las
entradas de la comunidad, no se ve nada. No se ven políticas de acompañamiento.
Hay una ausencia total de las autoridades municipales, particularmente el
alcalde. Ojala que no estén usando la pandemia como distractor para dedicarse a
actividades de corrupción y malos manejos de los recursos del pueblo. En este
contexto hay un total desconocimiento e información del trabajo que ejecutan.
Hay de igual modo una total apatía de la ciudadanía para ver estos aspectos.
Decir algo sobre el tema se vuelve
enemigo de las autoridades y esto hace que nadie cuestione ni diga nada.
Es
indudable la seriedad de esta enfermedad. Tristemente me he enterado de amigos
queridos en EEUU que están luchando por vivir en un estado de gravedad en
hospitales. No nos damos cuenta de la seriedad hasta que lo vemos cerca.
Es
increíble de igual modo el sentido de solidaridad en varios sectores de la
sociedad. Hay iniciativas de personas para fomentar su espiritualidad, su oración
e invocación a Dios desde el modo que practique su fe.
Es
justo hacer un reconocimiento a los trabajadores de salud que con precariedad
arriesgan su vida al servicio de sus hermanos que sufren.
Pienso
y sostengo que esta realidad de la pandemia es una gran oportunidad para
revisar nuestras vidas a nivel personal y familiar. Nuestras interrelaciones, quizás
la presión nos vuelve neuróticos, nos
desespera el encierro. Pero algo nuevo vendrá.
Es
un tiempo para que a nivel de país nos
demos la oportunidad de fortalecer nuestros liderazgos, busquemos nuevos
destinos de esperanza. Los políticos mentirosos y sus partidos están cayendo en
su credibilidad. Esperamos que nuestro pueblo despierte y que seamos gestores
de un nuevo orden. A nivel mundial El Covid19 ha generado crisis pero también oportunidad
para muchos países.
Las
muertes y la debacle económica nos piden un nuevo orden mundial. Los
acontecimientos recientes en EEUU nos hacen ver que hasta los imperios caen,
particularmente con un liderazgo mediocre, criminal y mafioso.
Podemos
darnos una vuelta por la vida de nuestros países latinoamericanos fuertemente
golpeados, pero surgirán si los pueblos son dignos de cambios y levanten la
cabeza de lo contrario hemos perdido una gran oportunidad.
Escrito por David López
Junio 3 del 2020.
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